Excéntrica nave, con madera de restaurante pero que terminó absorbiendo la sal de la diversión juvenil.
Tres marineros de tierra decidieron que cuando superaran los 30 años se embarcarían en el negocio propio.
Así, Guillermo del Castillo, Enrique Bermúdez y Carlos de la Flor crearon en el 2002 una excéntrica nave, con madera de restaurante pero que terminó absorbiendo la sal de la diversión juvenil.
Con el tiempo, ambos materiales no podían seguir juntos y Embarcadero 41 terminó siendo la marca que agrupa tres líneas de negocio.
Seis años después, los socios abandonan la orilla, apuestan por la franquicia propia y buscan nuevos mares en el extranjero.
Abrirá restaurantes en Guayaquil y Santiago bajo la modalidad de “joint venture”. Asimismo, se expandirá en Lima.
Embarcadero 41 invertirá aproximadamente un millón de dólares en la apertura de cuatro nuevos restaurantes este año, dos de los cuales se ubicarán en Ecuador y Chile , con lo que iniciará su “esperado” proceso de internacionalización.
En el Perú, en tanto, Embarcadero 41 tiene planeado abrir un local en Miraflores, bajo la modalidad de franquicia, y uno propio en La Molina. Ambos estarían operando en mayo. “En la franquicia se invertirá unos 200 mil dólares. En el caso de La Molina la inversión será entre 250 mil y 300 mil dólares”, detalló.
Ene se sentido, aclaró que “aparte de los capitales propios tenemos socios estratégicos, así que la inversión en la mayoría de locales será compartida”. Actualmente, la marca posee seis locales en nuestra capital: tres propios y tres franquicias.